Croquetas de roquefort y nueces
Hace tiempo compraba unas croquetas de cabrales que nos encantaban en casa, pero dejaron de traerlas. Así que como las echaba de menos, me he lanzado a prepararlas en casa, incluso le he incorporado a la mezcla unas nueces y el resultado ha sido muy gratificante.
Quería contaros que esta semana ha sido el segundo aniversario del blog, y la verdad es que estoy muy contenta de cada una de las visitas que he recibido cada domingo, por lo que os doy las gracias a tod@s. Con esta son ya 115 recetitas, y la ilusión sigue intacta y con un montón ideas para seguir adelante, espero ir aprendiendo y mejorando con el tiempo. Os envío un gran abrazo.
Ingredientes(24 unidades):
- 500 ml de leche
- 60 gr de mantequilla
- 60 gr de harina
- 100 gr de queso roquefort
- 60 gr de nueces
- 1/2 cebolla
- 2 huevos
- Pan rallado (yo utilizo uno que incluye perejil)
- Harina
- Aceite de oliva
- Sal, pimienta, nuez moscada
Elaboración:
Picamos las nueces y las reservamos.
Picamos la cebolla muy fina.
En una cazuela añadimos la mantequilla y dejamos que se funda, una vez derretida añadimos la cebolla y dejamos que se cocine a fuego medio.
Cuando la cebolla esté blandita, añadimos la harina y removemos, hasta que quede todo integrado, lo quitamos del fuego y lo reservamos.
Calentamos la leche en un cazo sin que llegue a hervir y añadimos el queso roquefort en trocitos, removemos hasta que el queso se deshaga.
Es el momento de volver a calentar la mezcla que tenemos de harina, mantequilla y cebolla y vertemos la leche caliente de golpe a la mezcla y movemos sin parar con la ayuda de unas varillas. Salpimentamos y le añadimos un poco de nuez moscada. Veréis que pronto espesa. Una vez hierva la mezcla ya tendremos lista la bechamel. Con esta técnica por lo general no salen grumos, pero si fuera el caso no os preocupéis, batimos un poco con la batidora y desaparecerán.
Incluimos las nueces y removemos bien.
Vertemos la bechamel en una bandeja amplia y tapamos con film. Dejamos reposar en la nevera toda la noche.
Al día siguiente preparamos dos platos, uno con harina y otro con pan rallado, y un cuenco con los huevos batidos.
Con la ayuda de una cuchara, vamos cogiendo masa y le damos la forma que más nos guste, yo he hecho bolitas. Las pasamos por harina, después por huevo y por último por el pan rallado. Le acabamos de dar forma y vamos colocando en un plato. Reservamos en la nevera un rato para que se enfríen un poco.
Freír las croquetas en aceite de oliva bien caliente y las vamos incorporando en un plato con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
Si no las vamos a cocinar todas, las podemos congelar sin problema, es mejor colocarlas separadas unas de otras para que no se peguen, y una vez congeladas ya las podemos colocar en bolsitas.
